El Arte Como Herramienta Educativa
El Arte Como Herramienta Educativa
“Las artes enseñan a los niños que su sello personal es importante y que hay varias respuestas a las preguntas y varias soluciones a los problemas. En las artes, la diversidad y la variabilidad ocupan un lugar central.” Elliot Eisner, 2000.
La versatilidad de las artes como apoyo y recurso valioso para los procesos de enseñanza-aprendizaje se ha constituido en la mayor fortaleza que tiene esta maravillosa herramienta, que no solo es capaz de adaptarse a cualquier temática y abordar cualquier área, sino que entre muchas de sus cualidades da cabida a que las experiencias de inclusión sean muchísimo más efectivas y contundentes.
Su ventaja radica en que al momento de enfrentar, invitar o proponer una actividad artística, los participantes van a utilizar sus destrezas y fortalezas, sin que medie ninguna exigencia o requerimiento previo que los excluya o que les demande un esfuerzo diferente a sus propias potencialidades. “El arte permite respetar el ritmo de cada estudiante, trabajando la acción pedagógica como una guía y no como una imposición” (Gómez, 2014, p.23).
Otra de las ventajas de la inclusión del arte en el aula es el sinnúmero de maneras por medio de las cuales el educando puede aprender, lo que fomenta la integración de las distintas inteligencias que postula Howard Gardner . La idea de involucrar y estimular todos los canales perceptivos y capacidades se enfoca en romper barreras tradicionalmente estructuradas, como dar énfasis al aprendizaje verbal, memorístico y racional, el cual es sin duda excluyente para muchos: Eisner considera que se deberían incluir otras fuentes y otras formas de cognición, involucrando directamente en la actividad educativa regular las múltiples opciones de aprender por medio de diversos lenguajes como la música, la danza, la pintura, el cine, la poesía, la comida, entre otros, que apelan a un abanico más amplio de los sentidos. Solo así se podrá crear una escuela inclusiva y de oportunidades en donde se valoren y desarrollen las diferentes formas de conocimiento y se puedan potencializar las inteligencias (en Gómez, 2014, p. 21).
En relación a las necesidades educativas especiales (NEE), las estrategias artísticas, en estricto rigor, permiten un desarrollo totalmente adecuado para los diferentes niveles evolutivos de cada persona. Los medios artísticos crean procesos que estimulan a nivel básico y profundo, en los que lo kinestésico o motor se constituyen como puerta de entrada a procesos de pensamiento más elaborados y complejos. Esto genera vías de acceso al conocimiento y espacios de verdadera inclusión, en los que cada participante puede compartir, aprender y alimentarse de las experiencias, variabilidad de visiones y modos de hacer de cada uno.
“Se afirma que hay que ofrecer a los niños la oportunidad de expresarse en medios distintos a las palabras, y que las actividades artísticas brindan la ocasión de que el niño libere emociones encerradas que no puede expresar en las denominadas áreas académicas. En este sistema de referencia el arte se utiliza como vehículo de autoexpresión; se concibe como algo que contribuye a la salud mental” (Eisner, 2009, p. 8).
El arte es un recurso positivo para trabajar con niños con necesidades especiales, ya que facilita y acorta los problemas que pueden presentarse en áreas como el lenguaje, destrezas lógico-matemáticas, motricidad, problemas de comportamiento, entre otros. “En el arte todos somos iguales, es por esto que se vuelve un medio tan valioso para que los niños encuentren en él un espacio de expresión, libertad y confianza” (Gómez, 2014 p. 29).
Si percibimos las sutilezas de todo lo que conlleva y provoca la inclusión educativa, nos daremos cuenta de que su verdadera importancia reside en provocar en los educandos comportamientos y sentimientos de respeto hacia las diferencias y aceptación incondicional, generando un aprendizaje colaborativo que promueva el amor, es decir “la aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia” (Maturana, 2001, p. 8).
Así, estaremos fomentando pensamientos y actitudes positivas para la interrelación en un espacio libre de prejuicios que modele valores claves para una conciencia social sustentada en la justicia, la equidad y el cumplimiento de los derechos. “La educación artística debería ayudar a los estudiantes a reconocer lo que hay de personal, distintivo e incluso único en ellos mismos y en sus obras (…) a ser conscientes de su propia individualidad” (Eisner, 2011, p.67).
Definitivamente, descubrir y valorar que las artes son recursos, herramientas totalmente adaptables y adecuadas para incluir a todos en los procesos de construcción del aprendizaje, para propiciar experiencias y fomentar la inclusión es una invitación que les hacemos para que se acerquen, se involucren y empiecen a utilizar estas otras estrategias dentro de sus prácticas docentes.
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